sábado, 24 de abril de 2010

Mis apegos.




Mis apegos...aquello que siempre va conmigo,

Déjame, pienso...déjame, miro...déjame, recuerdo...


Mmm, aquella pulsera que me regaló mi madre en mi graduación de secundaria, estoy segura que hizo mil malabares para dármela. Tres hilos de oro, ¡una belleza!.


Tal vez la churumbula que me dieron en mi mayoria de edad, relucía, brillaba, como mi despertar a la vida.


El anillo que me dio mi suegra el dia de mi boda, ¡No lo uses hoy!, - me decía mi hermana!-, tiene una perla, eso trae sal, trae llanto, no lo uses, Olga, es de malfario, llorarás. (cuanta sabiduría oculta).


Podrían ser mis apegos, representando momentos claves para mi, pero todos desaparecieron, materialmente se esfumaron.


Un dia mi hermano mayor empeñó la pulsera, otro dia me robaron los anillos, no, nunca más estarán conmigo.

Ahora no tengo apegos, no materiales, nada mio me pueden quitar.


Lo que siempre va conmigo !son mis querencias!, están en mi alma, en mi mente, las guardo en el corazón.


Con ellas tomo el café de la mañana, con ellas voy al trabajo, con ellas sueño.


No son perecederos, no son fragiles.


Son mis dias de fiesta y mis horas más tristes. No...nadie me los puede quitar.


En ese espacio que ocupan, está mi familia, mis hijos, mis nietos, mis amigas, los que ya se fueron, los que están presentes. Los amores cumplidos, los malogrados.


Todos caminan conmigo.


Bailan y cantan conmigo.


Todas mis querencias me hacen el despertar alegre, ganoso y el andar ligero.


Olga González Plans,

viernes, 16 de abril de 2010


Ahi está el arco iris brillando, sorprendiendonos. La lluvia se viste de colores y nos avisa que el mal tiempo pasó, que el sol viene detrás de ella, dandole brillo a todo.

Esa lluvia que representa la vida despues de dias de calor y sequia, que llena las presas secas, que es manantial para los animales sedientos, frescura para la tierra.

La lluvia...esperada, deseada, invocada de mil maneras, sortilegios, danzantes, concheros, oráculos...

La lluvia...temida cuando cae precipitadamente, en abundancia, desbordando rios, desgajando cerros. Arrasando caminos, puentes...sembrando muerte...reclamando los cauces, sus espacios, los lagos que en nuestra infinita ignorancia hemos sembrado de asfalto, creyendo que podemos apoderarnos de la naturaleza sin que nos reclame.

Y entonces llega la protesta, la queja y azota la lluvia, acompañada de vientos.

Y nos parece inusual...inusual el calentamiento de la tierra, la tala de árboles, las dunas sometidas.

No alcanzamos a ver que el lago quiere ser lago, el río quiere ser río y el mar quiere llegar a la costa.

Llora el planeta, se sacude, tiembla y se manifiesta, tiene dolores de muerte... y yo solo veo una lluvia inusual.

Olga González Plans.